Pocas veces la muerte fue tan incomprensible
penetrando como una espada de fuego en un jardín tranquilo
donde nunca un rugido rompe el ritmo silencioso de letras y números
donde cada sonrisa cambia el color de las paredes y se guarda en la
memoria.
Pocas veces un lunes de abril estalló en pedazos
que tantas manos están recomponiendo.
Pocas palabras pudimos cruzar contigo
apenas diez días
queda tanto por hacer...hay que luchar por tantas cosas…
-tú lo sabías como nosotros-
una hermosa mirada itinerante y cómplice teñía de ilusión el hielo seco de estos tiempos en que es necesario luchar por lo más evidente.
Un leve recuerdo
para despertar conciencias
empujando la historia hacia una puerta siempre abierta
antes del final absurdo.
Y la historia parece una tela blanca
que entre todos estamos pintando
manos manchadas de todos los colores
sin tregua, sin olvido, sin desesperanza
desde un lunes de abril hacia el futuro incierto
atado a la palabra que no se deja someter
un sonido hueco
un grito solitario
sin tu recuerdo.
Miguel Martínez Llanas